1 de septiembre de 2018

UN CRIMEN CONTRA LA NATURALEZA ES UN CRIMEN CONTRA NOSOTROS MISMOS (PAPA FRANCISCO"

Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación
1 de septiembre de 2018
 
"El sábado, 1 de septiembre, se celebra la Cuarta Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación, que celebramos en unión con nuestros hermanos y hermanas ortodoxos y con la adhesión de otras Iglesias y Comunidades cristianas”.
 
 
 
Agradezco las diversas iniciativas que en diferentes lugares las Iglesias particulares, los Institutos de Vida Consagrada y las Asociaciones Eclesiales han preparado. Invito a todos – concluyó el Papa – a unirse en oración, este sábado, por nuestra casa común.
 
Papa Francisco exhorta a cuidar de la creación y preguntarse qué mundo se dejará a las futuras generaciones.
 
Francisco se muestra convencido de que “no solo se están desmoronando los hogares de personas vulnerables de todo el mundo”, sino que además “estamos condenando a las generaciones futuras a vivir en una casa compartida, reducida a ruinas”.
 
“¿Qué clase de mundo queremos transmitir a los que vienen después de nosotros, a los niños que están creciendo?”, se pregunta.
 
En su mensaje, el Papa expresa que “el cuidado de la creación entendido como un don compartido y no como una posesión privada, siempre implica el reconocimiento de los derechos de cada persona y de cada pueblo”.
 
Los cristianos tienen el deber de cuidar la creación, recuerda el Papa Francisco.
 
«Un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos".
 
 
 
El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar.
 
En 1971, el beato Papa Pablo VI se refirió a la problemática ecológica, presentándola como una crisis, que es « una consecuencia dramática » de la actividad descontrolada del ser humano: « Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, [el ser humano] corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación
 
La previsión del impacto ambiental de los emprendimientos y proyectos requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente.
 
«La protección ambiental no puede asegurarse sólo en base al cálculo financiero de costos y beneficios. El ambiente es uno de esos bienes que los mecanismos del mercado no son capaces de defender o de promover adecuadamente». Una vez más, conviene evitar una concepción mágica del mercado, que tiende a pensar que los problemas se resuelven sólo con el crecimiento de los beneficios de las empresas o de los individuos. ¿Es realista esperar que quien se obsesiona por el máximo beneficio se detenga a pensar en los efectos ambientales que dejará a las próximas generaciones?.
 
Cuando se plantean estas cuestiones, algunos reaccionan acusando a los demás de pretender detener irracionalmente el progreso y el desarrollo humano.
 
El principio de maximización de la ganancia, que tiende a aislarse de toda otra consideración, es una distorsión conceptual de la economía: si aumenta la producción, interesa poco que se produzca a costa de los recursos futuros o de la salud del ambiente; si la tala de un bosque aumenta la producción, nadie mide en ese cálculo la pérdida que implica desertificar un territorio, dañar la biodiversidad o aumentar la contaminación.
 
 
 
Necesitamos una política que piense con visión amplia, y que lleve adelante un replanteo integral, incorporando en un diálogo interdisciplinario los diversos aspectos de la crisis. Muchas veces la misma política es responsable de su propio descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas. Si el Estado no cumple su rol en una región, algunos grupos económicos pueden aparecer como benefactores y detentar el poder real, sintiéndose autorizados a no cumplir ciertas normas.
 
En todo caso, habrá que interpelar a los creyentes a ser coherentes con su propia fe y a no contradecirla con sus acciones, habrá que reclamarles que vuelvan a abrirse a la gracia de Dios y a beber en lo más hondo de sus propias convicciones sobre el amor, la justicia y la paz. Si una mala comprensión de nuestros propios principios a veces nos ha llevado a justificar el maltrato a la naturaleza o el dominio despótico del ser humano sobre lo creado o las guerras, la injusticia y la violencia, los creyentes podemos reconocer que de esa manera hemos sido infieles al tesoro de sabiduría que debíamos custodiar.
 
La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza.
 
La crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior. Pero también tenemos que reconocer que algunos cristianos comprometidos y orantes, bajo una excusa de realismo y pragmatismo, suelen burlarse de las preocupaciones por el medio ambiente. Otros son pasivos, no se deciden a cambiar sus hábitos y se vuelven incoherentes. Les hace falta entonces una conversión ecológica,
 
Esa destrucción de todo fundamento de la vida social termina enfrentándonos unos con otros para preservar los propios intereses, provoca el surgimiento de nuevas formas de violencia y crueldad e impide el desarrollo de una verdadera cultura del cuidado del ambiente.
 
 
 
Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la actividad humana, están trabajando para garantizar la protección de la casa que compartimos.
 
 

2 comentarios:

  1. Nunca mejor dicho: "Nos ha venido Dios a ver" con la publicación de la LAUDATO SI, Magisterio de la Iglesia avalado por científicos de prestigio internacional.
    El proyecto insensato y aberrante de la mina de uranio, a cielo abierto, Retortillo-Villavieja, además de tramitarse con un sin fín de irregularidades administrativas y jurídicas, analizado a la luz de los principios de orientación y juicios de operación o acción de la ENCÍCLICA, el preyecto es manifiestamente REPROBABLE; que tomen nota los políticos "católicos" responsables de su aprobación y los que participan en la autorización de su ejecución; se está a tiempo de corregir y evitar tan grave e irreversible barbarie.

    ResponderEliminar
  2. Que reflexionen Los Políticos católicos. Qué tiene prioridad para ellos: ¿Seguir la disciplina de Partido, apretando un botón, cuyo efecto es la destrucción y contaminación irreversibles, de parte de la "Casa Común", con alto riesgo de afectar la salud de las personas o escuchar la voz de Dios?...
    Que se respondan a sí mismos y demuestren a los demás que se es coherente con las opciones fundamentales y proritarias de la vida.

    ResponderEliminar