El Gobierno de España reconoce en el Senado, a pregunta de Carles Mulet, que no ha efectuado ningún estudio sobre el impacto en la salud de los habitantes del entorno de la proyectada mina de uranio por Berkeley Minera.
El Gobierno reconoce que el Instituto de Salud Carlos III no
ha efectuado ningún estudio sobre el impacto de la mina de Retortillo en la
salud de los habitantes del entorno de la instalación prevista por la empresa
minera Berkeley, en respuesta a una pregunta formulada en el Senado por Carles
Mulet del Grupo Compromis.
El Senador Carles Mulet recibe información de Francisco Bellón, en su reciente visita a Retortillo.
La Declaración de Impacto Ambiental aprobada por la Junta de
Castilla y León en octubre de 2013 no hace ninguna mención a la repercusión del
proyecto minero en la salud, a pesar de que la normativa española y europea así
lo exige.
Los antecedentes que existen sobre ese tipo de instalaciones
nos hacen albergar serias dudas sobre las consecuencias negativas en nuestra
salud, si finalmente se autoriza la mina de uranio a cielo abierto con planta
de beneficio de mineral y depósito de residuos radiactivos. Las minas o plantas
de concentrado de uranio que han existido en la Península Ibérica han provocado
enfermedades y muerte, como en el caso de Urgeiriça (Portugal) o en Andújar
(Jaen), sin olvidarnos de Saelices el Chico (Salamanca).
Berkeley se escuda en el informe del Consejo de Seguridad
Nuclear sobre la afección radiológica para intentar convencernos de la
inocuidad del proyecto. Pero ese mismo organismo junto con el Instituto de
Salud Carlos III, ya advirtieron en 2009 que una planta de concentrado de
uranio tiene riegos químicos importantes que deben considerarse a la hora de
aprobar este tipo de instalaciones:
“En el entorno de las instalaciones de producción de
concentrados de uranio se mezclan tres tipos de exposición. La exposición
laboral, que si bien se da en todas las instalaciones, en las actividades de
minería la protección personal de los trabajadores era menor en los años 60 y
70. La exposición de la población en general, derivada de las emisiones, en la
que pesaría más su componente de toxicidad química que la radiológica. Por
último, los depósitos de residuos (estériles-tailings) que también son
tóxicos”.
No debemos olvidar que están autorizados vertidos al río
Yeltes por la Confederación Hidrográfica del Duero de diversos elementos
altamente contaminantes como arsénico, plomo o cobre. Además, la concentración
del uranio se realiza mediante balsas que utilizan ácido sulfúrico, entre otros
agentes, para lixiviar el uranio extraído.
¿Vamos a tener en Salamanca una instalación altamente
contaminante sin que sepamos si nuestra salud va a verse dañada por su
funcionamiento?
¿Es posible autorizar la mina de uranio con planta y depósito
de residuos sabiendo que hay dudas científicas razonables sobre sus efectos
perjudiciales en la población cercana a la instalación proyectada?
Comunicado de STOP URANIO.
En Andujar en Jaen, los restos fueron enterrados y sellados y siguen producciendo radioactividad, pensemos señores de Berkeley no nos convenza que es maravilloso para la zona, por que ustedes se iran y los demas nos quedaremos con unas tierras condenadas de por vida para nuestras gentes. No es fabuloso y nuestra salud no la garantiza nadie, no queremos minas de uranio y centrales nucleares.
ResponderEliminar