CARTA
ABIERTA
A la atención de:
don Mariano Rajoy, presidente del
Gobierno de España,
don José Manuel Soria, ministro de
Industria, Energía y Turismo,
don Fernando Martí, presidente del
Consejo de Seguridad Nuclear,
don Juan Vicente Herrera, presidente
de la Junta de
Catilla y León,
don Juan Carlos Suárez-Quiñonez,
consejero de Fomento y Medio Ambiente,
Sres. Consejeros de la Comisión Territorial
de Medio Ambiente de Salamanca,
Sres. Procuradores de las Cortes de
Castilla y León,
don Lorenzo Calderón, alcalde de Retortillo (Salamanca) y
don Jorge Rodríguez, alcalde
Villavieja de Yeltes (Salamanca)
Estimadas autoridades.
Nací hace sesenta años en Retortillo
(Salamanca) y actualmente, debido a la enfermedad degenerativa que padezco,
quiero pasar mis últimos años de vida en mi pueblo, junto a mi esposa,
disfrutando del cariño de mis hijos y nietos. Y quiero pasar estos años en PAZ,
en una tierra que es la misma que me vio nacer y la que he dedicado -a
ella y a sus gentes- mi trabajo y desvelos desde que tengo uso de razón.
Deseo, con todos mis respetos,
preguntarles a ustedes si autorizarían
una mina de uranio a cielo abierto en el término municipal donde residen, a un
kilómetro de sus domicilios particulares permanentes, con su planta de
tratamiento y almacenamiento de residuos radiactivos. Es decir, una INSTALACIÓN
RADIACTIVA DE PRIMERA CATEGORÍA DEL CICLO DE COMBUSTIBLE NUCLEAR.
Podría adjuntarles detalles y
números del proyecto, pero todos ustedes son conocedores, mejor que yo, de
ellos. Por tanto los omito para no hacer larga esta carta.
Pero, díganme en conciencia, y
apelando a su condición de hombres buenos, con responsabilidades y capacidad
para procurar que se imparta justicia, díganme si no es su obligación oponerse
a un proyecto que sólo tendrá vigencia 10 años, ¡que no va a resolver NINGUNO
de los problemas de España! y sí a enriquecer a unos pocos, destruyendo a
cambio los bosques que son nuestra vida (sólo en la primera fase se van a arrancar
30.000 encinas y robles centenarios, de gran valor medioambiental), además de
dejar envenenada la tierra para más de 1000 años.
El proyecto de la mina de uranio a
cielo abierto de Retortillo y Villavieja de Yeltes acabará, también, con los
pueblos limítrofes y con su modo de vida. Agricultores y ganaderos no podrán
comercializar productos ni ganado por estar envenenados. El incipiente turismo
rural que hoy tenemos desaparecerá. El Balneario de los Baños de Retortillo,
centenario, ¡¡¡a menos de un kilómetro de la explotación minera!!! en la que
trabajan cerca de un centenar de personas entre empleos directos e indirectos,
tendrá que cerrar sus puertas. Las más de 5.000 visitantes que acuden, cada
año, a curarse los males en sus aguas termales no volverán más. Y así podría
seguir enumerándoles otras desgracias que nos traerá la mina.
Pero ya no es que el poder de la
empresa minera se imponga sobre el sentido común y la voluntad de los
habitantes de estas tierras, no, es que además, la apertura de la mina vulnera la ley. Esa misma ley que ustedes
nos han dado para proteger las riberas de los ríos Yeltes y Huebra, que, en el
caso del Yeltes, su cauce discurre por en medio de la mina, ¡por en medio!
¿Cabe mayor sinsentido? Les leyes de la Unión Europea amparan, mediante la RED
NATURA 2000 y la ZEPA ES0000247, las riberas de los Ríos Huebra y Yeltes, y con
la ZEC - ES4150064, las riberas de los ríos Huebra, Yeltes, Uces y afluentes. Y
no hace tanto tiempo que algunos de ustedes celebraban a bombo y platillo la proclamación
de "Reserva de la Biosfera", por la UNESCO, del Parque Arribes del
Duero. Pues bien, ese parque es en parte "bañado" por las aguas del
Yeltes... Unas aguas que si ustedes no lo remedian van a estar envenenadas.
¡Otro disparate!
No me voy a extender mucho más, pero
el vertido de 1.240.000 metros cúbicos de agua contaminada cada año al río, o el
manejo de 42.000 toneladas de ácido sulfúrico y otras 20.000 toneladas más de
otros reactivos altamente contaminantes. anuales, no presagian nada halagüeño.
Antes de despedirme, si me lo
permiten, me gustaría añadir que el proyecto de Berkeley Minera SA viene
avanzando entre diversos chanchullos (que solemos decir por aquí),
irregularidades y líos, que van desde las rectificaciones impuestas a la
empresa minera por el Consejo de Seguridad Nuclear al no haber sido
"clara" en la explicación de su proyecto, pasando por sanciones de
los ayuntamientos por similares motivos, hasta llegar a entregas de importantes
cantidades de dinero a los municipios en circunstancias poco claras, por no
decir "fraudulentas".
Por todo lo anteriormente expuesto
quisiera pedirles justicia. Pero antes de que la impartan, obren en conciencia
y analicen con detenimiento las ventajas e inconvenientes del proyecto minero a
cielo abierto de Berkeley, y verán como no les costará tanto decir qué ha de
hacerse. Es tal el disparate de la mina, que hasta las mentes más torpes verían
su inviabilidad por lo destructivo que resulta.
Es verdad que aquí somos pocos, y la mayoría gente
mayor. Pero eso no es disculpa para que nos envenenen. Tenemos el
derecho a seguir viviendo en nuestra tierra. Somos gente de bien, pacífica y
trabajadora, pero no estamos dispuestos a vivir humillados por la prepotencia
de Berkeley Minera SA. Tenemos nuestro modo de vida y amamos estos campos hermosos que hoy son un regalo para un mundo en proceso de
autodestrucción. Nuestra tierra, gracias al abandono secular que ha sufrido, es
ahora un parque natural envidiable que enriquece a una España que camina hacia
la desertización. Preferimos dejar nuestra vida en esta lucha justa -en mi caso
lo tengo absolutamente claro-, para conservar la comarca como está, a vivir
pensando que las generaciones futuras nos tildarán de cobardes por no haber
hecho nada.
Atentamente, reciban un cariñoso
saludo.
En
Retortillo, Salamanca, a 15 de octubre de 2015
Jesús Cruz
Fernández
Ole si la gente pensara come usted parecido ibamos a andar estoy de acuerdo con todo lo que a dicho NO A LA MINA Y SI A LA VIDA que la gente se de cuenta ya de que esa mina lo unico que va a hacer es matarnos y no acernos ricos
ResponderEliminarPero¿donde están, o, donde se"esconden"los políticos de turno para no tener lo que " hay que tener"y ponerse del lado del pueblo haciendo uso del sentido común y terminar de una vez con ésta farsa de Berkeley?
ResponderEliminarPues si aún no se han percatado de que la inmensa mayoría de las gentitas de la zona no lo aceptamos, sepan que ni por las buenas ni por las malas lo vamos a consentir.
Si no ven suficiente los argumentos legales que se están adjuntando, no nos quedará otra alternativa que impedirlo como " veamos preciso".
Félix Torres Álvarez.