BERKELEY ¡ASESINA DEL CAMPO CHARRO! Minas de uranio.
Entrada a las instalaciones de Berkeley en Retortillo
La multinacional australiana Berkeley, que no saben lo que son los sentimientos, ni la sensibilidad y solamente entiende de dinero, ha traído la guerra a una parte de la hermosa comarca del Campo Charro regada por el Yeltes. La bestialidad de su proyecto para llevar a cabo la explotación de minas de uranio a cielo abierto en uno de los parajes mas hermosos de la provincia charra sembró infinidad de dudas al principio. También sumó algunos allegados a su causa, casi siempre por el interés y también por llegar con el filón de promover empleo en época de tan grave crisis social y económica cuando tener un trabajo es toda una lotería.
Aferrándose a esa idea dieron los pasos necesarios para alcanzar su fin, además de untar a quien podía molestarlos (que los hay) y de esa forma comprar voluntades. Por eso, con la excepción de Stop Uranio, el proyecto no ha tenido repercusión social como la que cabría esperar, además de desinflarse las ilusiones del inicio. Mucho más teniendo en cuenta otros antecedentes, como cuando se intentó instalar un cementerio de material radioactivo en los Arribes del Duero y toda la población se unió para conseguir el final de ese atropello, con feliz resultado.
E incluso otras polémicas de menor cuestión. Como ocurrió hace una década en la Fuente de San Esteban, donde las gentes de ese pueblo se separaron en dos bandos engañados por el actual bipartidismo (PP-PSOE), que únicamente miraba por sus intereses, por la instalación de una planta de Material Específico de Riesgo (MER), algo que es insignificante comparado a la locura de las minas asesinas.
Pero lo importe es que, poco a poco, se cae la venda de los ojos en esa comarca. Primero fue Boada el pueblo que dio una gran lección y posteriormente han sido el resto los que rechazan de plano lo que es la ruina de un lugar de ensueño. Porque ya únicamente quedan unos cuantos aliados, pocos, para lo que es una verdadera salvajada. La gente se ha dado cuenta que vale mucho más el tesoro de la naturaleza que la lotería de un puesto de trabajo. Pero mucho más triste es ver cómo Berkeley ha untado a quién debía para comprar su silencio y evitar que nadie denunciase que venían con un proyecto para asesinar al Campo Charro.
Pero poco a poco, se ha sabido la realidad. Y esa no es otra que Berkeley, que no tiene sentimientos, quería asesinar al Campo Charro para seguir alimentando sus arcas. Porque no han venido más que con la política del interés. Y esta tierra ya está preparada para echarlos.
Paco Cañamero. http://www.glorietadigital.es/spip.php?article1399
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