EL RECHAZO POPULAR Y LOS "AGUJEROS LEGALES" IMPIDEN LA MINA DE URANIO DE BERKELEY ENERGÍA EN ESPAÑA.

La mina de Berkeley

 

  

¿Garbanzo o ética? Este es un dilema al que el hombre ha tenido que enfrentarse desde sus orígenes. Quien no ha dudado en algún momento olvidar los principios que siempre hemos defendido y dejarnos llevar por lo mas fácil? Otra cuestión sobre este asunto es que siempre es mas fácil resolver el conflicto a favor de nuestros principios cuando el debate nos cae un tanto lejos, léase vender armas a Arabia o mantener unos astilleros a base de fabricar buques de guerra para vendérselos después a Dios sabe quien. La ética nos abandona o se instala en nuestra consciencia dependiendo de lo cerca o lejos que nos afecte el asunto en cuestión, y de eso saben mucho los periodistas y medios de comunicación.

 

En Salamanca, el debate mas candente sobre ese dilema lo lleva protagonizando desde hace varios años el proyecto de la empresa minera Berkeley con la construcción de una mina de uranio a cielo abierto en el municipio de Retortillo, aunque antes de entrar mas en profundad, advierto de que no quiero caer en la demagogia de aquellos que ponen a este proyecto como la llegada del fin del mundo. Soy de los que opina que si tiene que llegar se lleve a cabo con las máximas garantías de seguridad, y si no llega, pues tampoco va ser el fin del Campo Charro, los salmantinos tenemos la capacidad y el coraje suficiente como para seguir viviendo sin mina, como hasta ahora lo hemos hecho.
 

Sobre este proyecto de la empresa minera Berkeley, en un principio muchos pensaban que no tenia otro fin que la especulación económica, pero que conforme pasaba el tiempo ha ido cobrando forma y levantando expectativas en muchas familias, que han visto aquí su comida durante diez anos.
 

 
Sin embargo, otros han percibido con el paso del tiempo como la materialización de este proyecto podía poner en peligro su modo actual de vida, entre ellos las personas empleadas en el balneario de Retortillo, un lugar de reposo situado a 300 metros del lugar donde esta previsto el disparo de explosivos y el trajín constante de maquinaria pesada, lo que todo esto se traduce en temblores de tierra, ruidos y polvo durante el tiempo suficiente como para que se ponga fin a una actividad respetuosa con el medio ambiente que ha permanecido prestando servicio y creando empleo durante mas de un siglo.

 

Pero por si esto fuera poco, es decir, 65 empleos directos durante 100 años mas, la actividad de una mina de uranio a cielo abierto pone en riesgo la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas que confluyen en la subcuenca del rio Yeltes. Los vecinos de Saelices, Villar de la Yegua y Castillejo saben bien de esto, pues como publicaba El País el 1 de agosto de 1989, bajo la pluma de Nacho Francia, los vertidos de la mina de Saelices obligaron a la Diputación de Salamanca a buscar una solución al abastecimiento de estos pueblos al registrarse altos niveles de radioactividad en el agua de aquellos de los que siempre habían bebido, incluso en el rio Agueda. En Saelices, el agua del que se habían abastecido hasta entonces, duplicaba el nivel máximo admisible de radiactividad.

 

Poco se supo hace 30 anos de esta noticia, pero .alguien se puede imaginar que pasaría hoy si se diese un caso similar? Por eso los ganaderos de la zona, de los que depende mas de un 50% el resto del tejido productivo de la zona, levantaron la voz el pasado 20 de octubre en Vitigudino.

 

A Berkeley se le complica la mina por el rechazo popular que ha encontrado y por los agujeros legales que poco a poco se han ido descubriendo, y vuelve a aparecer la sombra de la especulación sobre un proyecto que parece esta dando sus últimos coletazos en la Bolsa, al menos con el actual Gobierno, antinuclear confeso.

 

Miguel Corral.
Director de SALAMANCArtv AL DIA