NOTA DE PRENSA DE:
El actual precio del uranio y sus perspectivas para los próximos años hacen
que el proyecto de la minera Berkeley en Salamanca no sea rentable a nivel
económico
En agosto, el precio del mineral cayo por debajo de los 35 dólares por
libra (454 gramos), alcanzando el valor más bajo de los últimos años y muy
lejos de los 70 dólares que llegó a alcanzar su cotización en el año 2011,
justo antes del desastre nuclear de Fukushima.
De hecho, lo ocurrido en Japón ha derivado en un cambio de perspectiva por
parte de muchos países. Alemania decidía en el mes de mayo adelantar su apagón
nuclear y cerrar todas sus centrales antes del 2022 y los ciudadanos de Italia
han rechazado mayoritariamente en referéndum la construcción de nuevas
instalaciones nucleares. Incluso un país como Francia se está planteando su
futuro a largo plazo y los proyectos de China e India de aumentar su dependencia
de la energía nuclear han quedado suspendidos, contribuyendo al hundimiento el
precio del mineral procesado.
En España, la situación es equiparable tras el cierre de la explotación
salmantina de Saelices el Chico, cerrada en el 2000 por su falta de
rentabilidad y el parón de la central nuclear de Garoña tras 42 años de
actividad en medio de la polémica permanente por su seguridad.
En la actual coyuntura, y dado que según indican los expertos, el umbral de
rentabilidad a nivel español en la minería del uranio ronda los 100 dólares por
libra, para Stop Uranio el proyecto de Berkeley en Salamanca no es rentable
bajo ninguna circunstancia y tiene a nivel financiero, un carácter puramente
especulativo cuyo objetivo final apunta a la obtención de los permisos
administrativos pertinentes para elevar la cotización de la empresa matriz en
bolsa y, en su momento, proceder a la venta de sus derechos a otras empresas
generando un margen de beneficio.
Por un lado, la filial de Berkeley Resources Ltd. en España utiliza una
postura claramente ventajista debido a la situación de profunda crisis que
atraviesa el país y la desesperación de las personas en busca de empleo. Por
otro, la Junta de Castilla y León permite de manera abierta los manejos de una
empresa que no serían tolerados en ningún otro país de la Unión Europea obviando
mayoritaria oposición social al proyecto.
Desde la Plataforma contra la mina de uranio en Salamanca consideramos
oportuno recordar que la obligación de la Administración autonómica y en
especial de su Presidente es, ante todo, la protección de la salud y las
condiciones de vida de los ciudadanos de Castilla y León antes que los
intereses particulares de una empresa privada cuyas promesas no se sostienen ni
ambiental ni socialmente y cuyos efectos, de llevarse a cabo, tendrá que
afrontar la población de las comarcas afectadas ante la pasividad de sus
representantes públicos.
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