NO A LA MINA DE URANIO EN RETORTILLO
LA OTRA MINA
Es otra mina que casi nadie mira. Le pasa como a las mozas feas cuando van al baile. Es una mina que debía ser de oro y está en el corazón de la charrería. En los mismos parajes que ahora quieren destrozar por la locura de las minas de uranio que pretenden instalar en los campos de Retortillo y Villavieja en uno de los rincones más hermosos del solar salmantino.
Ahí tiene la otra mina, una mina que no han sabido ver, ni luchar por su defensa como es el espectacular tren del Duero, cuyos raíles yacen con el óxido del olvido desde hace más veinticinco años. Ahí era donde deberían haber trabajado para potenciar el turismo y fortalecer el camino de hierro de Las Arribes, que es el más espectacular de Europa y solamente lo pueden dejar perder en una provincia mandada por ineptos, mientras no demuestren lo contrario. En la que siempre ha habido políticos que no han dado la cara por ella y sí prefieren convertir una celebración tradicional en un mitin, como ocurrió ayer en El Almendro, aunque la vida da que ya no tienen credibilidad alguna. Es lamentable la actitud de muchos de nuestros políticos, entre ellos gente sin talante, ni diálogo, ni ideas.
Como el diputado provincial que, hace unos días, protagonizó una página vergonzosa en un pleno de La Salina que lo deshonra al sacar la ira, la violencia y la sinrazón para exponer la gestión de la finca Castro Enríquez. Y ese individuo, de tan lamentable anécdota, con una acción propia del ordeno y mando, insultos incluidos, flaco favor hace a su clan.
Hoy la otra historia, la que rememora una mina que no supiera defender, como es el tren, está en las futura minas de uranio que van destrozar una zona que se ha vendido por cuatro míseras pesetas y ha cavado la tumba. Con pueblos como Villavieja y Retortillo que se han dejado engañar por una miseria y además han hipotecado su futuro. Y todo por el egoísmo de ponerle en la mano un dinero (una miseria, insisto) para callar bocas y que la multinacional australiana que va a explotar las minas se lleve auténticas millonadas. ¡Qué indigno! ¡Qué vergüenza! ¡Qué lamentable! Llámenlo como quieran, pero es muy triste todo lo que va a ocurrir, cuando han sido incapaces de defender la grandeza y asentar su futuro con el turismo rural (tan de moda), con la ecología y luchar por ese tesoro que es el Tren del Duero, por el que no movieron un dedo y sin embargo pusieron las manos para la que le den una propina que será su tumba.
Es lamentable todo lo que ocurre y donde hay tanta gente tapada que se ha quitado la careta para ver que solo se mueven por interés. Como los ecologistas, con su sospechoso silencio, que no han visitado, con su demagogia, la zona y dicen (que digo son rumores) que también los han comprado. Por aquí poca gente está dado la cara, como ha hecho el alcalde de Boada, un pueblo también afectado, que ha convocado un referéndum para ver qué dicen sus gentes de esa locura de las minas de uranio. Y me imagino que habrá cordura, porque nadie quiere que le maten su futuro, como han hecho Retortillo y Villavieja al bajarse los pantalones por una miseria que ha cerrado las puertas de su futuro. Del futuro de uno de los lugares más hermosos de la vieja Iberia que no supo trabajar por su verdadera mina. La del tren del Duero.
04 marzo 2012. Paco Cañamero
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