DON NICOLÁS MARTÍN MATÍAS, HIJO DE BOADA. HOMBRE CULTO Y SENCILLO QUE DEDICÓ SU VIDA AL SERVICIO DE LOS DEMÁS.

DON NICOLÁS MARTÍN MATÍAS 

EL HIJO DE BOADA MAS DISTINGUIDO.

Coincidiendo con el primer aniversario de su muerte.  

Nació en Boada el 18 de marzo de 1937. Hijo de Ramón y Josefa.

Falleció en Salamanca el 09 de diciembre de 2020 y no lo hemos olvidado. Su cuerpo reposa en el sepulcro de sus padres en el cementerio de Boada.

Fue un hombre que dejó huella en las personas que le conocimos y en las instituciones diocesanas, civiles y culturales por las que pasó. Destacó por no hacerse notar, pero se notaba mucho su ausencia si él no estaba.

Fue ordenado sacerdote en Ciudad Rodrigo el día 23 de septiembre de 1961 por el Arzobispo Monseñor Federico Melendro Gutiérrez, que había sido expulsado de su sede arzobispal de Anking (China) por el régimen comunista chino.

Siempre ejerció su ministerio sacerdotal en la Diócesis de Ciudad Rodrigo y desempeñó múltiples servicios a la misma durante los 59 años de su sacerdocio.

Realizó los estudios de Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario Diocesano. Los cursos 1961/62 y 1962/63 cursó los estudios de Derecho Canónigo en la facultad de derecho de la Universidad Pontificia de Salamanca, consiguiendo de manera brillante el grado de Licenciado en Derecho Canónigo.

Vuelve a la Diócesis es nombrado Prefecto del Seminario, cargo que desempeñó desde 1963 a 1974. De junio a septiembre de 1964 ejerció como coadjutur de Fuentes de Oñoro.

Profesor del Seminario durante 47 años, de 1963 a 2010, impartió diversas materias, particularmente Lengua y Literatura españolas.

Desde 1971 fue Canónigo Doctoral de la Catedral civitatense. En la Curia Diocesana fue Canciller Secretario de 1974 a 1989, así como Director del Boletín Oficial del Obispado, Delegado Diocesano de Medios de Comunicación Social, miembro del Consejo Presbiteral, Defensor del Vínculo (1980) y miembro del Colegio de Consultores, desde 1985.

Un rasgo característico de su ministerio fue su larga experiencia como vicario general del Obispado durante 23 años (1989, hasta 20 de julio de 2012), la mano derecha durante los Pontificados de los obispos D. Antonio Ceballos Atienza, D. Julián Martín López, D. Atilano Rodríguez Martínez y principios de D. Raúl Berzosa Martínez.

Fue designado capellán del Hospital de la Pasión el 30 de noviembre de 1985, cargo que ejerció con celo apostólico hasta su fallecimiento.

Gobernó la Diócesis como Administrador Diocesano desde el 1 de febrero de 1994 al 25 de septiembre del mismo año. Durante este periodo D. Nicolás asistió como tal, y de pleno derecho, a la Sesión plenaria de Obispos de la Conferencia Episcopal Española celebrada en febrero de 1994 como administrador diocesano de Ciudad Rodrigo.

Ejerció como deán/presidente del Cabildo de la catedral civitatense durante 12 años, correspondientes a los trienios 1993/1996, 1996/1999, 2008/2011 y 2011/2014. 

Siempre encontraba
tiempo para venir a su
pueblo de Boada.

Un dato muy importante y a la vez poco conocido en la biografía de D. Nicolás es su distinción eclesial como Prelado de Honor de su Santidad, nombrado por el papa Benedicto XVI el día 12 de noviembre de 2012. Fue el reconocimiento y gratitud a su labor y entrega a la Diócesis que el obispo D. Raúl Berzosa Martínez solicitó y alcanzó para él, al cesar D. Nicolás como vicario general. Esa distinción eclesial suponía el título de monseñor, y le otorgaba signos eternos tales como el uso de fajín fucsia, derechos de preferencia..., entre otros. La humildad y el espíritu de entrega y de servicio de D. Nicolás le hizo ajeno a los honores que de tal distinción se derivaban y nunca ostentó esos signos.

Sacerdote, D. Nicolás, culto y humilde, al mismo tiempo que sacerdote de gran personalidad. Su carácter afable, callado y discreto ocultaba sus convicciones que mantenía con firmeza, sin alzar jamás la voz para imponerlas, pero sin renunciar por ello a lo que consideraba recto y correcto. Era una persona íntegra.

Referencias: D. Ángel Olivera Miguel.