Berkeley y las lágrimas de la impotencia
¿Qué tienen en común municipios de la provincia de Salamanca como Golpejas, Martinamor, Morille, Los Santos, San Pedro de Rozados, Villavieja de Yeltes, El Cabaco, Barruecoparco, Retortillo, Cerralbo, Villar de Ciervo, Tornadizos, Lumbrales, Navasfrías... y unos cuantos más además de la temerosa despoblación, el envejecimiento de su población, el conservadurismo, el miedo a un futuro incierto, la valentía de algunos y sobre todo la casi nula contestación de sus moradores a las imposiciones estatales, autonómicas, provinciales y locales?
El noroeste de la península ibérica se está viendo sometido a un plan minero-estratégico de gran alcance en el que la mayoría de sus moradores, incapaces de luchar, lloran su impotencia ante las criminales acciones de los que quieren seguir esquilmando el planeta para beneficio propio excepto unos pocos valientes que se ven sometidos a presiones, prohibiciones y amenazas de todo tipo.
¿Qué tienen en común municipios de la provincia de Salamanca como Golpejas, Martinamor, Morille, Los Santos, San Pedro de Rozados, Villavieja de Yeltes, El Cabaco, Barruecoparco, Retortillo, Cerralbo, Villar de Ciervo, Tornadizos, Lumbrales, Navasfrías... y unos cuantos más además de la temerosa despoblación, el envejecimiento de su población, el conservadurismo, el miedo a un futuro incierto, la valentía de algunos y sobre todo la casi nula contestación de sus moradores a las imposiciones estatales, autonómicas, provinciales y locales?
Para contestar a esta pregunta es necesario observar detenidamente un mapa geo-minero del oeste de la península ibérica, en él se describen con llamativos colores (para que nadie se pierda) las zonas útiles para los especuladores mundiales y nacionales, los lugares, en los que la vorágine humana se fija para poder mantener lo imposible: la huida hacia delante de un sistema capitalista-democrático que necesita esos recursos para que su maquinaria de hacer ricos a unos pocos sometiendo a los mayoría no se pare hasta extinguir las fuentes que lo mantienen en pie y que no es otro que la extracción hasta el agotamiento -como es el caso de Saelices el Chico y Los Santos- de uranio,wolframio o tungsteno, coltán y otros, todos ellos declarados de interés estratégico por los gobiernos de turno y que usamos sin medida en un consumo voraz y descontrolado hasta el punto que nos importa más encontrar un idiota muñeco amarillo en el móvil que prescindir del mineral que lo hace posible y que seguro llevará a este planeta a la ruina -o a la extinción- si no lo remediamos cuanto antes cambiando radicalmente la manera de vivir y/o usando sus recursos naturales así como las energías alternativas de una manera racional y sostenible de verdad.
Alguien se ha fijado en esta zona del mundo y ha analizado su baja conflictividad, su galopante despoblación y su envejecimiento buscando la complicidad de políticos tanto locales como nacionales y/o comunitarios mediante promesas que saben que no van a cumplir, sobornos, amenazas y todo tipo de comportamientos mafiosos tales como donar parques “biosaludables”, pagar las corridas de las fiestas, invitar en las mismas a todos los vecinos que viven en las zonas mineras con migajas “langostineras y jamoneras” para tenerlos calladitos y satisfechos, financiar concursos fotográficos, comprar los terrenos de algunos (los sumisos) por encima del precio de mercado mientras a otros (los que no acceden a sus pretensiones) se les amenaza con expropiaciones forzosas que generan no poca desazón o se les piden cantidades exorbitadas de dinero por oponerse públicamente a la destrucción de los recursos de los que han vivido generaciones en armonía con el medio ambiente y un larguísimo etcétera de comportamientos tan deplorables como criminales que están acabando con la convivencia pacífica de los habitantes de estos municipios en los ya que han surgido amenazas muy serias a la integridad física de los opositores a las explotaciones mineras y que esperemos que se queden en eso. No hay más que acercarse por los pueblos que tienen proyectos en marcha e intentar hablar con sus habitantes -si es que hay alguien que no tiene miedo y quiere- de este tema para darse cuenta que hacerlo públicamente es soltar una chispa en un tanque de gasolina.
Al contrario de lo que piensan los que están a favor de esta barbaridad, la culpa de todo esto no la tienen los opositores, que lo son porque aman la integridad ecológica de las zonas afectadas. La división y el mal clima reinante en los pueblos afectados se debe a una única causa: el interés de las compañías extrajeras y sus filiales españolas en destrozar miles de hectáreas de bosque mediterráneo, con unos encinares maravillosos que albergan uno de los sistemas ecológicos más vírgenes e interesantes de la península ibérica para sacarle a la tierra todo lo que tiene y dejar después un erial en el mejor de los casos o un cementerio nuclear en el peor.
¿Cómo se puede entender que en el caso de Retortillo se hayan dado los permisos para hacer el desvío de la carretera que une el pueblo con el Balneario destruyendo más de 3.000 encinas antes de que sean efectivos los de explotación de la posible futura mina de uranio, y que si se conceden después de los recursos judiciales interpuestos por los opositores destruirán -no restaurarán o replantarán como dice el proyecto- otras 25.000 más?
¿Por qué los empresarios que hacen los sondeos y los geólogos que dan el visto bueno son los mismos en toda la provincia aunque la mina sea distinta? ¿Por qué se hace todo de tapadillo sin que se informe a la población con pelos y señales de las posibles consecuencias para la salud de los habitantes de los pueblos cercanos? Alguien debe explicar con pelos y señales este plan que alcanza a toda la zona del noroeste de la península. Hay pruebas de todas estas coincidencias criminales que desbordan la posibilidad de oposición y están ocasionando impotencia en muchos de sus moradores que no quieren ser desposeídos a la fuerza de las tierras que fueron de sus antepasados a sabiendas de que a la postre, si ceden, todo el noroeste peninsular será un desierto comprado por el dinero extranjero y aceptado sobre todo por los que se dicen más españoles que nadie, por los patriotas de brazo en alto que se dicen a sí mismos “amantes del progreso” y que lo único que aman de verdad es el dinero y si es ajeno y de propiedad pública, mejor.
El tema es tan simple en sus asquerosas causas como complejo en sus consecuencias más directas que atañen a sus vecinos más sensibles, a los que se les destroza el corazón cuando afloran en sus ya tristes y casi vencidos ojos las lágrimas más difíciles de consolar: las de la impotencia de los que aman su tierra por encima de oropeles y dinero fácil.
http://salamancartvaldia.es/not/123628/berkeley-lagrimas-impotencia/
Mientras en Brasil en la inauguración,introducian una semilla a favor del medio ambiente,aqui acabamos con encinas más que centenarias.La opinión lo mejor que he leído.NO A LA MINA.
ResponderEliminarUN BUEN COMENTARIO, SEÑOR VITORINO NO PODIA SER MENOS
ResponderEliminar