Aquí, en Boada, aunque el calendario señale otros días festivos, no hace falta poner ningún calificativo identificativo para entender que en junio llega la fiesta por antonomasia, la fiesta por excelencia, las fiestas, sin más añadiduras.
Es indispensable resaltar el
punto central que motiva la fiesta de Boada. Es fiesta de Eucaristía. La parroquia
de Boada centró la fiesta grande del pueblo en honor a Jesús Sacramentado.
Lo sabe todo el pueblo. Está bien
grabado en nuestra memoria, que cada año, en el corazón mismo del mes de junio,
entre el día 15 y el 21, en torno a la fecha variable del tercer domingo del
mes, hay en Boada una convocatoria para romper la monotonía de la vida y del
trabajo, encontrarse con familiares y con amigos reclamados por las mismas raíces,
revivir, celebrar y transmitir tradiciones de fe y de religiosidad, sentirse
pueblo con sus más auténticos valores, remozar los trajes y lucir las
tendencias de las últimas modas, escuchar y moverse con los ritmos musicales
antiguos o modernos, compartir añoranzas y proyectos… Todos esos aspectos se
acumulan cada junio en Boada, en SU FIESTA.
Tanto interés mostraron nuestros
antepasados en celebrar las fiestas de Boada el tercer domingo de junio en
honor del Santísimo Sacramento, que solicitaron y consiguieron del Papa Paulo V
en Roma una bula en el año 1611, dotando a la parroquia de las mismas
indulgencias y privilegios, asegurándose
así la celebración de las fiestas patronales del Santísimo Sacramento el tercer
domingo de junio, con independencia de la fecha en que la iglesia celebre el
día de Corpus.
Cualquier analista de
acontecimientos confesaría el acierto y la coherencia que tuvieron nuestros
antepasados en destacar en Boada la fiesta Eucarística, ya que no veneramos una
imagen, se trata de adorar al mismo amor presente entre nosotros. La Eucaristía
se puso en la fiesta patronal de Boada para que los vecinos vivieran siempre en
el amor.
No fue acertada la decisión
municipal de intentar cambiar esta fiesta Eucarística para trasladarla a julio
y tampoco lo es el cambio definitivo, desde el año 2020, al primer domingo de
julio de los actos festivos que durante siglos se mantuvieron en Boada en torno
al tercer domingo de junio.
Boada ha tejido su propia
historia a través del tiempo, como todos los pueblos, será sencilla, humilde,
pero es la nuestra y, por eso, merece la mayor estima y admiración.
Las fiestas patronales “grandes”
de Boada "TERCER DOMINGO DE JUNIO" deberían estar unidas a los festejos lúdicos organizados por el
ayuntamiento, como un acontecimiento histórico y cultural perdurado en el
tiempo desde muchos siglos atrás.